Desde el momento en que te seleccionan para un equipo nacional, tu vida cambia radicalmente. Entrenamientos, qué comes, adónde viajas, cuándo dormis. Como atleta de élite, te convertis en una entidad administrada y, dependiendo de la duración de la carrera internacional, esto podría durar entre 5, 10 o 15 años. Entonces, ¿qué haces cuando terminas tu carrera como jugador?
Es una pregunta que se hacen muchos atletas y puede ser motivo de mucha preocupación, especialmente cuando los atletas alcanzan el ocaso de sus carreras como jugadores. Muchos jugadores de hockey, tienen que poner en pausa sus puestos el trabajo, los estudios e incluso la vida familiar, y esto puede tener graves consecuencias.
Tomemos, por ejemplo, el mundo del trabajo. Un atleta que ha dedicado 10 años de su vida al hockey, inevitablemente estará detrás de sus amistades cuando se trata del trabajo. Al estar en una posición en la que se encuentran en la cima de su profesión como deportistas de élite, los atletas se encontrarán de repente comenzando de cero nuevamente. Ese puede ser un proceso difícil y una realidad difícil, y es algo con lo que muchos jugadores luchan.
Hablamos con dos de los mejores jugadores de hockey que se retiraron de la escena internacional después de años de compromiso con sus equipos nacionales para descubrir cómo se las arreglaron para no tener vidas micro administradas.
Macarena Rodríguez fue un miembro clave del equipo argentino que ganó el oro en la Copa Mundial de Rosario 2010 y plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. También ganó tres medallas de oro en el Trofeo de Campeones con Las Leonas, siendo capitana del equipo en la victoria del 2014. Poco después fue excluida del equipo.
"No fue mi decisión de retirarme", dice Macarena. "El equipo de entrenadores quería hacer algunos cambios y la edad estaba en mi contra. Pero mientras jugaba para Las Leonas, viví mi sueño. Mirando hacia atrás ahora puedo decir que logré todo lo que quería y ahora puedo aceptar que he terminado con esa etapa de mi vida ".
Tras su destitución del equipo nacional, Macarena terminó su licenciatura en Informática y dio a luz a su hijo Tobias. Ahora trabaja para Cleversolutions, una compañía de desarrollo de software y entrena al equipo juvenil de River Plate, equipo donde actualmente juega.
Si bien todo esto suena como una salida planificada del deporte y una transición exitosa a la vida cotidiana, Macarena admite que lo encontró lejos de ser fácil.
"Fueron unos meses difíciles porque durante muchos años de mi vida lo único que hice fue jugar hockey y lo hice profesionalmente. Dejar ese entorno muy unido fue muy difícil. Pensé que estaba haciendo frente, pero cuando volví a ver a las chicas, mis ojos se llenaron de lágrimas por los recuerdos y los momentos vividos con la camiseta.
"Pero es como todo, tiene un principio y un final y, gracias a Dios, pude aprender a vivir sin el hockey como mi trabajo y mi vida".
Durante los primeros meses después de retirarse, Macarena llenó sus días con cosas que alejaron su mente del hockey. Ella tomó aficiones como el tejido y la pintura y trabajó en el armado y diseño de sitios web. Pero, como ella dice, "Nada puede reemplazar la adrenalina de la competencia internacional".
Mientras que Macarena sabe que nunca repetirá la emoción de ser parte de Las Leonas, también es pragmática en su consejo para los demás en una situación similar: "Mi consejo es que siempre seas tú mismo y no te permitas pensar que estás involucrado en algo que es irremplazable, porque nadie es indispensable. Tienes que seguir buscando y persiguiendo nuevos sueños con los pies siempre sobre la tierra".
En respuesta a la pregunta : “qué es lo que más extraña”, Macarena responde entre risas que lo que no echa de menos es el entrenamiento físico, aunque, según ella, ¡Tobias está decidido a mantener a su madre ocupada!
Rob Short es otro jugador internacional con una larga trayectoria que descubrió que ya no era necesario cuando un nuevo entrenador se hizo cargo del equipo nacional. El internacional canadiense representó a su país en dos Juegos Olímpicos (2000 y 2008), dos Copas Mundiales (1998 y 2010) y trajo a casa dos medallas de oro de los Juegos Panamericanos (1999 y 2007).
"El nuevo entrenador vino y quiso armar a un grupo más joven y un par de jugadores con mas trayectoria ya no formaban parte de sus planes", dice Rob. "Al principio fue un mensaje difícil de tragar, pero rápidamente me obligó a pensar en mi carrera como entrenador, la cual fue una transición emocionante".
La Carrera de Rob como entrenador internacional comenzó inmediatamente después de su retiro del equipo nacional. En 2013 se hizo cargo del equipo Sub-21 Canadiense que buscaba clasificarse para la Copa Mundial Juvenil.
Pero aunque Rob estaba feliz de entrenar al equipo junior femenino, cuando se trataba de cualquier participación con el equipo nacional masculino, era un asunto diferente. Con una honestidad desgarradora, dice: "Ver Canadá para mí era imposible. Muchos de los muchachos eran mis amigos, así que quería ser solidario pero, al final, era demasiado difícil mirar al equipo del que había formado parte durante casi 20 años ".
Le tomó a Rob hasta los Juegos Olímpicos de Río 2016 antes de que sintiera que podía ver jugar al equipo sin ser parte de él.
El entrenamiento fue el paso obvio para alguien con los conocimientos y habilidades de Rob, pero, como él dice, hay una gran diferencia entre estar en el campo, jugar en el momento y mirar desde la afuera.
"No me malinterpreten", dice. "Adoro ser entrenador, pero es el segundo mejor trabajo del mundo en comparación con jugar como atleta profesional. No puedo describir lo agradecido que estoy de haber tenido la oportunidad de jugar en el extranjero en Holanda (Rob pasó varios años jugando en la liga doméstica holandesa) y en Canadá durante 20 años ".
Rob no ha dejado de jugar hockey. Él juega para los West Van Millionaires, equipo que juega en la principal división de Vancouver, Canadá, y también juega en torneos de primer nivel como la Copa de California y los prestigiosos torneos de Surrey. Esto le da la oportunidad de enfrentar sus habilidades contra muchos de los jugadores que están actualmente en el equipo nacional.
"Si soy honesto, la sensación de querer jugar para Canadá nunca se irá. Pero ahora estoy disfrutando mucho de entrenar al equipo masculino en combinación con mi pasión de trabajar en mi Academia con atletas femeninas que buscan jugar al hockey universitario y / o jugar en Canadá. Todavía puedo recordar la emoción de estar en esa etapa de mi carrera y me encanta ver el entusiasmo de los jugadores jóvenes ".
Tanto los jugadores como las asociaciones nacionales de hockey están empezando a pensar mucho más en cómo los atletas pueden alejarse con éxito de una carrera como jugadores y Rob tiene su propio consejo. "Hubo mucho tiempo de inactividad mientras jugaba para el equipo nacional y para mi club en Holanda. Usé ese tiempo para comenzar un negocio. Les diría ahora a los muchachos que utilicen ese tiempo de inactividad para terminar sus estudios o reflexionar sobre su futuro. Como padre, entrenador y hombre de negocios, me encantaría poder contar con un poco ese tiempo de inactividad ".
Le ha llevado un tiempo pero Rob logro estar en un lugar donde está feliz y enamorado de la vida. Él y su esposa Rachel tienen un hijo llamado Brek, y están viviendo una vida plena, si bien agitada. "Ha sido increíble desde que me retire, ya que amo mi trabajo, y amo la vida que he creado aquí en North Vancouver. Existe este nuevo nivel de disfrute y significado de lo que se trata la vida.
"Por supuesto, estaría mintiendo si dijera que no quiero unirme a los ejercicios y jugar, pero estoy disfrutando mucho de estar allí para ayudar a motivar y preparar al equipo para lo que esperamos sean algunos resultados exitosos en el futuro cercano. "
